lunes, febrero 06, 2017

UNOS PREMIOS "GOYA" REIVINDICATIVOS



El actor Davi Rovira, con su gracejo habitual, fue por tercera vez el maestro de ceremonias de la 31 edición de los Premios de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España

Los “Goya” de este año, como sucedió la semana pasada con los “Gaudí” catalanes, fueron para Un monstruo viene a verme, de Juan Antonio Bayona, el joven director barcelonés a quien llaman J: nueve estatuillas. Fue galardonado como Mejor director, y obtuvo los premios a los Mejores Fotografía, Música original, Dirección artística, Montaje, Efectos especiales, Dirección de producción, Sonido y Maquillaje/Peluquería. Todo un éxito para esta espléndida película.

No obstante, el “Goya” al Mejor film fue para el debutante Raúl Arévalo, por Tarde para la ira, actor que también ganó la estatuilla al Mejor director novel y Mejores guión original y Actor de reparto (Manolo Solo). Se trata de un thriller asfixiante y vengativo, que cuenta con una atmósfera personalísima y demuestra que este joven intérprete también saber ponerse detrás de la cámara. Los otros dos thriller premiados, más históricos, se tuvieron que conformar con menos galardones: El hombre de las mil caras, de Alberto Rodríguez, ganó a los Mejores guión adaptado y Actor revelación (Carlos Santos); y Que Dios nos perdone, de Rodrigo Sorogoyen, al Mejor actor protagonista (Roberto Álamo).

La actriz Emma Suárez derrotó a sus antagonistas con un doblete: Mejor actriz por Julieta, de Pedro Almodóvar; y Mejor actriz de reparto por La próxima piel, de Isaki Lacuesta e Isa Campo, que ya fue premiada como Mejor película catalana. Mientras que la Mejor canción fue para la también debutante actriz Sílvia Pérez Cruz, con “Ay, Ay, Ay”, de Cerca de tu casa, de Eduard Cortés, que nos cantó reivindicativamente. Y la Mejor actriz revelación fue para Anna Castillo, por El olivo, de Icíar Bollaín, que le hizo derramar lágrimas de emoción.

Los “Goya” a las películas extranjeras fueron para Elle, de Paul Verhoeven, Mejor film europeo; y El ciudadano ilustre, de Mariano Cohn y Gastón Duprat, Mejor película iberoamericana, que también aspiran al Oscar. Y ya que hablamos de los premios de la Academia de Hollywood, del excelente corto de Juanjo Giménez obtuvo la estatuilla que piensa revalidar con el premiado Oscar al Mejor cortometraje en representación de España.

La parte más reivindicativa -aparte de las intervenciones del presentador, demandando más presencia de mujeres en la dirección de filmes y de personajes femeninos- estuvo en los discursos de Ana Belén -“Goya” de Honor- y en la presidencia de la Academia Española. La directora artística Yvonne Blake -actual presidenta de la entidad- estuvo muy comedida en su defensa del cine autóctono; pero el vicepresidente Mariano Barroso pasó cuentas al Gobierno: manifestó que el Estado recaudó 28 millones de euros en el 2016 en concepto de IVA por las películas españolas, de los 109 millones de caja que hizo el cine nacional, con 18 millones de espectadores, y reclamó “una nueva actitud a las autoridades hacia nuestra cinematografía” y “un pacto de Estado sobre el cine” por parte de los partidos políticos. El ministro de Cultura y portavoz del Gobierno del PP, Íñigo Méndez de Vigo, se llevó en la cartera la propuesta.


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